Desde que me enteré que estaba embarazada (incluso antes), tenía muy claro que quería darle el pecho a mi hijo. Por cosas de la vida al final no pudo ser así por varias razones: al ser cesárea de urgencia con anestesia general, lo primero que notó mi hijo en la boca fue una tetina de biberón, donde no tenía que hacer esfuerzo apenas porque la leche salía sola prácticamente; lo ponías al pecho a hacer succión y decía que tururú, que él quería lo cómodo. A esto le añadimos que yo tengo el pezón plano, y por lo que me dijeron en el hospital es muy difícil que agarren el pecho, aunque no imposible. Por más que ponía al niño al pecho, aquello ni p'atrás ni p'alante. Intentaba estimular el pezón para que saliera, pero no había forma, yo creo que se me juntaban nervios, desesperación, ansiedad... emociones por un tubo, y eso unido a un calorazo que hacía en el hospital, que ni poniéndome una botella de agua fría aquello reaccionaba. Ni con ayuda de las enfermeras el niños quería colaborar! Ni con pezoneras, ni con el sacaleches, ni dejándolo horas sin comer para ver si a la desesperada se enganchaba... pero qué queréis que os diga, yo a mi hijo no lo iba a matar de hambre, así que no me quedaba otra que enchufarle biberón, muy a mi pesar. Y era un berrinche tras otro cada vez que lo intentábamos, así que los llantos del peque no me dejaban tranquilizarme, no ayudaban para nada. Me dijeron que lo siguiera intentando en casa, más tranquila, en mi ambiente, que estuviera a solas con mi niño y que casi seguro así lo conseguiría... ni de coña. Lo estuve intentando como tres meses, pero no hubo forma. Terminé desistiendo. El niño se acostumbró al biberón desde el primer día y me dijo que la teta pa mí. Pensé en ir a un grupo de lactancia, pero ya tenía todas las esperanzas perdidas y la moral hundida, así que pasé.
Luego vienen las miradas y los comentarios de los demás. Incluso los reportajes, como el de la revista The Times. Lactancia materna por todos lados. Me parece muy bien y respeto que se apoye y se intente inculcar a toda costa, pero no se da cuenta la gente de que puede llegar a hacer daño a las que no hemos podido hacerlo? Ya no hablo de las que no han querido hacerlo, sus motivos tendrán (y son igual de respetables), si no las que por problemas no hemos podido. Tan mal visto está que se le de biberón en vez de teta? Yo me veo igual de madre que cualquier otra, la diferencia es que para l@s demás parece no ser así.
Todo esto ha venido a un texto que he visto por internet, que la verdad me ha gustado mucho, porque habla de las madres que dan biberón, y dan consejos. Por fin me he sentido a gusto y muy identificada leyendo algo sobre la lactancia. Os dejo con él:
¿Qué puedes hacer cuando no puedes darle el pecho a tu bebé?
Existe un momento que resulta difícil para algunas madres cuando saben que no podrán dar el pecho a su bebé. La lactancia materna se ha idealizado tanto a nivel social, que en parte, produce dolor el hecho de tener que recurrir al biberón durante los primeros meses. ¿Qué hacer en ese caso para sobrellevar el tema de la mejor forma posible?
1. En primer lugar, asumir la situación con mucha madurez emocional y con sensatez. Por suerte, no se trata de nada grave, ya que el niño, crecerá igualmente sano y fuerte.
2. No te culpes por ello, ya que no tiene nada que ver con tu voluntad. Existen muchos elementos que caen fuera del campo de acción de una madre. En ese caso, lo mejor es aceptar los acontecimientos tal y como son. Sin mayor dramatismo y sin hacer una tragedia de algo que no lo es.
3. Pregunta todas tus dudas al especialista y quédate tranquila.
4. Comparte tus sentimientos con una persona de confianza, por ejemplo, con tu pareja. Dile cómo te sientes.
5. Analiza todas las ventajas que te aporta el biberón. Por ejemplo, es más fácil dar el biberón al niño en los planes de ocio con otros amigos que darle el pecho. Por otra parte, gracias al biberón, otras personas también pueden implicarse en la alimentación del bebé, por ejemplo, el padre y los abuelos.
6. Tu vínculo con tu niño será igual de fuerte aunque no puedas disfrutar de la lactancia materna. Comparte tiempo con él, cógele en brazos, léele un cuento cada noche antes de acostarle, abrázale, quiérele mucho, háblale...
7. No te compares con otras madres que sí que pueden dar el pecho a su bebé. Cada situación es diferente y cada caso también lo es.
No sé quién lo ha escrito, porque lo he encontrado en una página de Facebook y no tenía créditos, pero la verdad que me ha levantado mucho el ánimo. Por fin alguien que habla bien de la lactancia artificial y no la pone como si estuvieses cometiendo un delito.
Lo único que tengo que decir es, que aún con leche artificial, mi hijo se está criando sano, fuerte y precioso, y yo soy la madre más feliz del mundo. Y estoy segura de que mi hijo me querrá como a nadie.
Este post va dedicado a todas las madres que, como yo, damos el biberón a nuestros hijos. Si os sentís mal, ya sabéis que no tenéis motivos! Mirad a vuestr@ pequeñ@ y disfrutad cada momento de él, porque el tiempo pasa muy deprisa.